Y ahora que sigue?

Que les puedo contar?... sólo esto:

Me han sangrado los pies, por seguir tus pasos; tengo las rodillas destrozadas por desandar el camino... ya no puedo más, me perdí por querer encontrarte, me olvidé de mi por acordarme de ti.

Colgado de mis últimos hilos de cordura, dejo que el dolor me mueva, soy el títere de mi propio rencor. Tanta mentira y tanta razón, juegan dentro de mi mente, haciendo sangrar mi corazón.

Sentado a mitad del camino, pensando por donde avanzar, la angustia me empieza a dominar, la eterna tristeza descompone mi rostro. No quiero una vez más perseguir tus huellas, ni olfatear tu rastro. El creador, tan sabio, tuvo presente la atrocidad de esta vida... que nos dió la cura: Nuestra muerte.